Antes
de empezar, debo decir que este artículo es fruto del trabajo realizado con mis
compañeros Manuel Martínez, Patricia Ronquillo y Jesús Poveda, para nuestra universidad, Rey Juan Carlos, cuyo enlace al archivo
encontraréis al final.
Ahora,
os invito a que leáis sobre un tema clave en nuestra economía, en nuestro país
y nuestras vidas: la corrupción y la economía sumergida. Entendamos por qué
están importante conocerla, cuantificarla y atacarla. Y entendamos las
consecuencias de no hacerlo. Llegad hasta el final, y veréis que la inversión
en la lectura habrá merecido la pena.
Ya
desde la RAE la corrupción se entiende como una situación que se percibe en el
sistema público: “Situación o circunstancia en que los funcionarios públicos u
otras autoridades públicas están corrompidos”. Sin embargo, todos sabemos que
este concepto alcanzaría un nivel global, alcanzando también el sector privado.
En nuestro país, un órgano específico para la persecución de los delitos de
corrupción es la Fiscalía contra la
Corrupción y la Criminalidad Organizada, esto es, el poder judicial. Sin
embargo, y ya desde hace tiempo, tanto en España como en Europa han visto que
nuestros medios son escasos e insuficientes, y que debemos mejorar la
financiación de los partidos políticos, los recursos regionales y sobre todo,
tener una mayor transparencia en nuestras instituciones, que mejore las
contratas y los códigos éticos. Sin esto, seguiremos teniendo graves ineficiencias y pérdidas de
ingresos. Problemas que están dentro de un bloque mucho mayor: la economía sumergida.
ALGUNOS
DATOS SOBRE ECONOMÍA SUMERGIDA (E.S)
Cuando
nos referimos a la E.S hablamos una parte, la mayor, del fraude fiscal:
una modalidad de evasión fiscal donde se ocultan obligaciones de pago de
impuestos, siendo punibles por el Derecho Penal. La economía en “B” no va tan
lejos y se refiere sobre todo al fraude en cotizaciones sociales, impuestos
“generales” y otros ejemplos similares que todos conocemos. En otro artículo
trataré con detalle esta parte del tema donde distingamos todo con claridad,
aunque en el documento podéis encontrar una distinción básica (pág. 6).
En
nuestro país en 2014 (último año calculado) la E.S fue equivalente al 18.6% del
PIB esto es, casi 200.000 millones de €. Una barbaridad. Se podría pensar que
estamos “en la media” de la UE, pero el argumento se viene abajo cuando nos
comparamos con otras economías punteras, como Alemania (13%), Francia
(10%), Reino Unido (10%) o EE.UU (6.6%).
Esto indica que si estuviéramos en este entorno, de casi 10ppt menos,
incluiríamos en la economía unos 100.000 millones de €. Veremos cuanto de ese
dinero podría parar a las arcas del Estado.
Por
Comunidades Autónomas, desde los años 90 la ES se ha disparado en todas las
regiones, impulsada principalmente por el factor de la construcción, muy
presente en todo el periodo, aunque aquí también hay desviaciones, ya que Ávila
y Albacete se sitúan a la cabeza de la economía en negro, mientras que Madrid y
Barcelona se encuentran muy por debajo de la media.
HACIENDA,
LOS TÉCNICOS Y LA AMNISTÍA FISCAL
Una economía oculta disparada, y ¿no se hace
nada? Este pensamiento podría ser completamente lógico, aunque sería
incorrecto, ya que se toman medidas pero no todas las que se debería: hay pocos
medios y están mal utilizados. En las conclusiones podrán ver por qué.
Desde
2004, se elaboran cada año los Planes
anuales de control tributario dirigidos por la Agencia Tributaria y que
buscan la investigación del fraude, su control y posterior recaudación con la
colaboración entre la AEAT estatal y las Agencias de cada CC.AA. De nuevo en el
documento podréis encontrar algunas de las medidas más relevantes (pág. 14).
Sin
embargo, la actuación más importante y polémica de los últimos años fue la Amnistía fiscal de 2012, una medida que
se podría catalogar como desesperada para la reducción del déficit de nuestro
país, y que ha sido la 3ª amnistía en España, después de las de 1984 y 1991.
Una amnistía fiscal consiste en el “perdón” del dinero que se tiene sin tributar
en España a cambio de traerlo al país, con una penalización inferior a la
habitual. Con la medida, el Ejecutivo de Mariano Rajoy esperaba recaudar 2.500
millones de € aflorando 25.000 millones, es decir, que por cada euro
regularizado, se pagaría un 10%. Por su parte, los contribuyentes que cumplen
con sus obligaciones pagan de media un 25% de impuestos. Un desfase de 15ppt.
Finalmente,
el Gobierno recaudó 1.200 millones aflorando 40.000: cada defraudador pagó un
3% por todo lo escondido al fisco, en vez del 10% prometido inicialmente. Es
decir, nos vamos a un desfase de 22ppt con el contribuyente que cumple con su
país. También debe decirse que si los defraudadores hubieran sido sancionados
de la forma “habitual”, habrían pagado como mínimo un 25% sobre lo defraudado;
más diferencia aún.
También
desde Europa se trata de reducir esta lacra (pág. 18), pudiendo hablar de los
flujos automáticos de información fiscal que se producen entre las diferentes
Instituciones de la UE.
La
labor sobre la economía sumergida es tratada en mayor o menor medida por todos
los gobiernos democráticos, y muchísimos economistas de todo signo proponen
distintas medidas para ello, además de realizar estudios y relaciones entre
variables como el paro o el nivel de estudios con la economía sumergida. En
este sentido, el papel del austriaco Schneider y sus informes anuales gozan de
un gran prestigio en todo el mundo.
CONCLUSIONES
Y GRANDES CIFRAS
Nuestro
país cuenta con una Agencia Tributaria moderna, y con instrumentos muy eficaces
para perseguir el fraude, pero cuenta con 3 problemas a resolver: su
ineficiencia en el uso de los recursos, problemas graves de información que
genera incertidumbre y el bajo potencial recaudatorio (lo que se recauda) de
todo nuestros impuestos, destacando el IRPF, IVA e IS. Problemas que podemos
concretar con la ayuda de los últimos datos:
-
En
España contamos con pocos inspectores y pocos recursos destinados a las
Administraciones Tributarias (gráficos págs. 15,16.). Además, nuestra
proporción de Empleado de Hacienda-contribuyente, de 1.928 es muy baja,
comparada, por ejemplo con Francia, con una proporción 860 y Alemania, 729.
-
Los
inspectores disponen también de poco tiempo: 5 años para que el fraude no
prescriba y solo 1 para resolver el expediente sancionador.
-
Las
grandes empresas producen en nuestro país el 70% del fraude, pero solo se
destina el 10% del total de recursos a perseguirlo. Concretando, el 80% de las
empresas del Ibex 35 trabajan con cuentas en paraísos fiscales, por no
mencionar la ingeniería fiscal practicada a diario.
-
Dejamos
de ingresar anualmente 20.000 millones de € en IS, y 15.000 millones en IVA. Si
redujéramos el fraude al nivel del resto de economías desarrolladas, al menos
recaudaríamos 20.000 millones de € anualmente.
Un sistema fiscal que
necesita una reforma urgente, y un fraude sobre el que se actúa con pocos
medios y mal dirigidos. Si pensáis que si redujéramos el fraude a la mitad, no
serían necesarios más recortes, no os equivocáis, que no os engañen ;)
Podéis ver el documento completo en el siguiente enlace: Corrupción y Economía sumergida.
Excelente post. Felicidades!
ResponderEliminarSaludos